viernes, 31 de marzo de 2017

El Obispo en bicicleta quita la parroquia e impone silencio al fiel Sacerdote Minutella.



El Obispo de Palermo, Corrado Lorefice, ha impuesto a don Alessandro Minutella el dejar dentro de quince días la parroquia de la cual es responsable, de mantener el más estricto silencio y de tomarse un período de reposo. Aquí está el anuncio publicado por el propio don Minutella, quien a las 17:30 hrs. explicará esta disposición, motivada por lo que parece, por no estar “en comunión eclesial”.


Comunicado de don Minutella.

“El obispo de Palermo me ha hecho llegar un Decreto donde me ordena dejar la Parroquia dentro de 15 días. Y de no hablar más por ningún lado. De tomarme un tiempo de reposo. La culpa es, que estoy contra la comunión eclesial.

Mañana a las 17:30 [hrs.] daré a conocer en la Parroquia la decisión de mi obispo y las consecuencias. Adelante con María. Quisiera que sintieran la paz y la alegría que tengo en el corazón. Dios ama a quien se expone por amor a la Santa verdad católica…”

Don Minutella es muy crítico de la actual situación de la Iglesia.



Quien esté interesado puede escuchar su homilía-anuncio publicada en Facebook el 25 de marzo aquí y aquí, en la que se convoca para el próximo 22 de abril, en el Palacio de los Deportes Palaferroli en Verona, una manifestación de oración y de fe, por una resistencia cristiana de católicos hartos de la herejía constante “llevada hacia adelante por el propio gobierno de la Iglesia”. Los participantes deben venir con el Rosario, y se aconseja que previo a asistir al evento se haga una hora de adoración eucarística nocturna. Las inscripciones, dice don Minutella en su llamado, se hacen directamente en el Facebook de Radio Domina Nostra. “Lleven banderas blancas y amarillas del Vaticano – pide el sacerdote – esa hermosísima bandera con las llaves de San Pedro”. Y se pedirá una bendición al Santo Padre Benedicto XVI. “Salgamos al campo antes de que toquen la Santa Misa”.

En su anuncio-homilía de cerca de quince minutos, el sacerdote sujeto a las sanciones del obispo de Palermo, no le manda a decir; y quiere expresar, según afirma, el malestar de tantos católicos que no tienen voz, y que están viviendo “una período de profundo desconcierto”, por parte de una Iglesia que está preparando “una forma de resumen de todas las herejías del pasado”, en las “arenas movedizas de una teología líquida, de un falso modelo de Iglesia”. Una iglesia “confusa, bizarra y extravagante, y a veces ridícula”. Existe un “imperante relativismo moral que en Benedicto XVI se encontró con una barrera, gracias también a los extraordinarios dones del Concilio Vaticano II”.

Pero después de la renuncia, y en el tiempo actual “Aquellos que se habían vuelto anti papistas ahora se han convertido en ultra papistas, casi idólatras. La Eucaristía se convirtió en pan para el camino, en alimento de fraternidad ya sin ni siquiera la mínima referencia alguna vez, tal vez tímida, en la presencia real”. Una Iglesia en anarquía, que practica, en Italia, “una amnesia culpable” sobre temas como aborto, eutanasia, divorcio e ideología de género”, que vive “una loca y obsesionada necesidad de ecumenismo”, con el riesgo de un “sincretismo pancristiano y tal vez panreligioso”.


Previo a las sanciones hechas por mons. Lorefice, don Minutella advertía que “el Sanedrín quiere callar a quien no está de acuerdo”, a quien está conmocionado por el “paseo en bicicleta en el altar y por los aperitivos al final después de la misa en lugar de la Acción de Gracias”. La referencia está hecha al obispo a quien se le obsequió una bicicleta a la que se subió de inmediato, en catedral, vestido con los ornamentos litúrgicos y la mitra, tal como se ve en la fotografía, el día de su instalación.


Don Minutella da los nombres de Enzo Bianchi, Alberto Melloni, Antonio Spadaro, Bruno Forte y Walter Kasper como los protagonistas de esta Iglesia del diálogo y de la misericordia diciendo: “Esconden el arma de la condena de marginación y de sospecha hacia quien no se homologa a su manera de pensar”.

Don Minutella critica a los hiper tradicionalistas que miran esta Iglesia “agonizante” y a “un gobierno que se presenta con el rostro de la misericordia y del diálogo y que en cambio está difundiendo cada vez más un clima de terror y de miedo casi al estilo de las dictaduras de corte populista”, agregando que “quienes expresen inconformidad no son fariseos de corazón duro”, sino personas que aman la Iglesia católica. Por esto, en un momento en el que “la herejía es llevada para adelante por el propio gobierno de la Iglesia”, toca a los católicos el resistir. Don Minutella emplea el término griego Hupumone[1], perseverancia, firmeza, resistencia, no en un sentido político o de revolución, sino “defensa de la sana doctrina hasta que el Señor vuelva”, contra “las diktat [imposiciones] de la falsa iglesia”.

Don Minutella cita al punto el Apocalipsis: estamos en el tiempo del Dragón Rojo... dice todavía, recordando que grandes santos, como San Atanasio y Santa Teresa de Ávila sufrieron sanciones y corrieron riesgos canónicos por defender la fe y el catolicismo.

Marco Tosatti
Traducción de Como Vara de Almendro

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